La influencia de la guerra en las acciones del petroleo
Los estados del Golfo, incluidos Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, están instando a Washington a evitar que Israel ataque las instalaciones petroleras de Irán. Este llamado surge de preocupaciones sobre posibles represalias de Teherán que podrían poner en peligro las propias infraestructuras petroleras de los países del Golfo en caso de que el conflicto se intensifique.
La reciente escalada de tensiones se ha visto exacerbada por el ataque con misiles de Israel contra Irán, lo que llevó a un pronunciamiento de Teherán advirtiendo que cualquier retaliación sería devastadora. En este contexto, los estados del Golfo han rechazado permitir que Israel utilice su espacio aéreo para llevar a cabo ataques contra Irán, comunicando claramente esta postura a Washington.
Además, durante reuniones recientes, Irán advirtió a Arabia Saudita sobre la posibilidad de que no se garantice la seguridad de sus instalaciones petroleras si se proporciona ayuda a Israel para llevar a cabo un ataque. Esta situación refleja la complejidad de las relaciones en la región, donde, a pesar de los esfuerzos diplomáticos por parte de Irán para acercarse a sus vecinos árabes, persisten tensiones históricas y desconfianza.
Los analistas advierten que un posible ataque israelí a las instalaciones petroleras de Irán tendría repercusiones globales, afectando principalmente a China, el principal consumidor de petróleo iraní, y generando preocupación en EE. UU. ante la proximidad de las elecciones presidenciales, donde el aumento de los precios del petróleo podría impactar negativamente en la economía estadounidense.
Por tanto, los países del Golfo buscan mantener un enfoque diplomático, señalando a Irán que no representan una amenaza, a la vez que implementan medidas para proteger sus propias instalaciones. Este delicado equilibrio entre la disuasión y la diplomacia será crucial para evitar una escalada mayor en un escenario ya volátil.
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